#nº22 . El llamado: cuando el alma te pide cambio | LA BITÁCORA📝
¿Es un deseo real de transformación o una huída? | {🔖 re-alineación}
Si hay algo verdadero en esta vida, es que estamos en constante cambio. No he descubierto América, esto es algo que sabemos todas. Pero en mi caso, ante cada cambio, me pregunto ¿Quiero huir de algo o realmente siento un deseo de cambio? ¡De esto, querida, charlamos hoy! ¿Te vienes? 🤗
🪔 Desde mi rincón, al mundo… Mi historia:
〰️ Contexto:
Dede pequeña los cambios importantes han sido una constante en mi vida. Siempre cambiando de casa, de lugar, de personas con las que vivir, de país (en mi adolescencia y años más adelante), de trabajo una vez que salí al mundo laboral… Llegué a creer que estaba echa a los cambios y que, de hecho, los necesitaba en mi vida.
¡Qué mentira más grande me estaba contando!
Desde un inicio advertí a Jonathan, mi esposo, que cada dos años necesitaba hacer cambios. El pensó que me refería a un cambio de look, pero en realidad estaba hablando de un cambio de espacio y lugar 🙄
Lo que yo no sabía, es que el llegó para dar estabilidad o más bien, sensación de arraigo, a mi vida. ¡Ya no tenía que huir más! Sin embargo, eso lo escribo fácil ahora, pero no ha sido fácil el proceso.
Los cambios que te menciono arriba, fueron cambios que no elegí (al menos no conscientemente) y cuando me establecí con mi esposo: al año nos mudamos; quedé embarazada; nació mi hija, dejé el trabajo por cuenta ajena y por fin me enfoqué 100% en el negocio… ¡Mucho movimiento!
Siento que en ese momento todo se estaba re-colocando en su sitio y por eso, tantos cambios (él también vivió los suyos).
Sin embargo, desde entonces -han pasado 6 años- nos hemos mantenido en el mismo lugar🥴, lo que es un problema para mi sistema nervioso.
En este tiempo he vivido momentos de crisis, incomodez, agobio… en los que le decía “Necesito mudarme”, “vámonos a otros lugar” y cómo eso no ocurría (simplemente porque la vida ponía trabas en cada ocasión); hacía cambios en el negocio: un nuevo enfoque, un nuevo programa, una nueva idea, una nueva comunidad (y eliminaba la anterior de cuajo), un nuevo proyecto, un nuevo branding, un nuevo cambio en el espacio de trabajo, una nueva formulita estratégica…
Pero todo esto ¡A MEDIAS!
Porque la realidad es que no necesitaba nada de eso, solo estaba dejando que mi sistema nervioso y un patrón inconsciente de mi infancia, controlase mi vida.
Esa tendencia a querer mudarme, salir de dónde estaba, solo es un mecanismo de huida “Antes de que todo se ponga mal, me voy” “Para que todo vaya mejor, tengo que hacer grandes cambios” “antes de sentirme abandonada o rechazada, me voy yo”…
Convertí mi negocio (y otras áreas) en el foco de esas “necesidades inconscientes”. Volviendo todo un caos, cada vez más complejo, cada vez más confuso. Siempre en modo huida.
Estas sensaciones siguen apareciendo a día de hoy, cada cierto tiempo, cada vez con menos fuerza y cada vez más consciente; por ende, más fácil de detectarlo y gestionarlo.
De hecho, la sensación de querer mudarme no se quita. Y sé que me mudaré, porque lo deseo. Pero también sé que el momento llegará cuando la decisión la tome desde la calma y el deseo genuino, no desde la huida creada por mi misma.
Por un lado, es agobiante sentir siempre las ganas de salir corriendo; sobre todo cuando las cosas no salen como quiero (caprichosamente hablando) o cuando van demasiado bien y creo que “es muy bueno para ser real, mejor irme antes de que pase algo”.
Por otro lado, AGRADEZCO infinitamente, porque este camino me ha traído muchos aprendizajes, mucha autogestión y autoconocimiento.
He podido detectar, que los cambios que he intentado hacer en mi negocio y he dejado a medias, no es porque sea una “mediocre fracasada que no se compromete” (fíjate la crueldad de mi voz jueza); sino que eran sedantes, usados para satisfacer esa “necesidad inconsciente” y cuando veo que hace efecto, lo dejo de lado y continuo sin acabar lo que empecé. ¿Por qué? Por qué realmente no es lo que quiero ¡Punto!
Lo entiendo. Lo acepto. Lo abrazo, y ¡Ya no lucho contra esto!
He aprendido a detectar cuando el deseo de cambio viene desde ese lugar de huida y cuando no.
***
〰️ El llamado al cambio:
Me despierto de golpe. Los ojos están abiertos como platos -poco habitual- y en mi mente un pensamiento que resuena con fuerza “Es momento de soltar lo que sabes que ya no da para más y hacer un cambio de verdad” {Enero 2025}
Llevaba 4 meses trabajando con Nath (Consultora de comunicación estratégica) para dar un poco de orden al caos y facilitarme el proceso de crear para todos los frentes que tenía abiertos.
La verdad amé el proceso. Me ayudó mucho a poner todo en orden y dar claridad a lo que iba a hacer en cada espacio y cada área del negocio.
Estaba contenta con el resultado, pero algo me estaba oprimiendo el corazón, sentía intuitivamente que algo no estaba bien… Así que decidí pausarlo durante el mes de Diciembre y desconectar de todo, antes de lanzarme con los cambios, en Enero.
A la vuelta, seguía sintiendo fricción (no incomodez, sino algo más contractivo); sin embargo, no me hice caso, empecé un reto de reels, con teatrillo y toda la cosa, para poner en marcha lo que habíamos trabajado...
Una semana me bastó para saber con certeza absoluta que NO ERA POR AHÍ. El mismo día que lo sentí tan claro; tuve ese despertar, llamado, claridad o como quieras llamarlo (lo que te cuento arriba).
En la última CoffeeLetter☕️ te cuento más sobre como llegué a ese momento y como ocurrió.
〰️ ¿Cómo he sabido que se trata de un deseo de cambio genuino y NO una huida?
A diferencia de lo que he sentido en las incontables veces anteriores, esta vez; obvio después de una montaña rusa en la que sentí de todo:
Conecté con una sensación increíble de liberación. Y no con agobio o angustia por querer cambiar como sea.
La idea NO llegó desde un espacio de “necesito un cambio ya, a ver qué hago para saciarlo”; sino que abrí espacio para conectar con el siguiente paso a dar y llegó esto con mucha claridad.
Sentí certeza. Pero ya no las dudas que me entran cada vez que intento crear cambios “porque algo hay que cambiar”.
Sentí vértigo e incomodidad, porque esto es un cambio de verdad, no un cambio cómodo que solo funciona como sedante. En vez de frustración y contracción profunda, que es lo que he sentido en anteriores ocasiones.
No me invadió la preocupación del “como” o “qué hacer ahora”; sino que me rendí ante lo que sea que viene, porque sé que va a ser algo más alineado y mejor para mi.
Lo comuniqué a mi esposo con absoluta calma, sin la desesperación y ansiedad que solía aparecer en anteriores veces en las que decía “necesito (introduce aquí el cambio que en ese momento creía necesitar)”.
No busqué aprobación o validación externa, simplemente sentí que había que tomar una decisión y ya, lo hice.
Después de esto, nada. Al menos durante unas 3 semanas. Solo escribir y conectar conmigo misma para abrir espacio a que todo ocurra; y en ese espacio, pasé por 3 etapas que te contaré en la siguiente CoffeeLetter☕️ 😉
Tú ¿Cómo sabes cuando un deseo de cambio genuino o un plan de huida? 🧐
🌷 Llévalo a tu vida…
Estos llamados de cambio ¡No llegan de un día a otro!.
No es que me desperté y de repente lo supe. La realidad es que esto se venía cuajando hace años y cada uno de esos cambios de huida, al menos los últimos, siento que también me hablaban alto “esto que haces ya no es lo que ES para ti, por eso siempre saltas de un invento a otro” (al menos, así lo veo yo ahora).
Y sé que estos llamados los tenemos todas constantemente; porque ellos nos llevan a ALINEARNOS con lo que de verdad somos y hemos venido a hacer en cada momento de la vida.
Por eso y si te sientes identificada, quiero dejarte un ejercicio que te pueda ayudar a conectar con tus llamados de cambio: